La cocaína es una droga consumida por unas 14 millones de personas en el mundo (Madoz-Gúrpide, 2008; Cunha, 2004). Hay una serie de aspectos característicos del daño de la cocaína. Citaré a Verdejo (2006) en estas conclusiones:
- Deterioros neuropsicológicos en pacientes crónicos: atención, concentración, memoria verbal y visual, habilidades de abstracción y flexibilidad mental, inhibición de la respuesta, habilidades psicomotoras y toma de decisiones.
- Alteraciones cerebrales en diversas regiones prefrontales (dorsolateral, orbitofrontal, cingulado anterior) y sustancia blanca adyacente; en estructuras subcorticales (ínsulas, amígdala y ganglios basales); reducción de receptores y transportadores dopaminérgicos.
Las funciones ejecutivas son las más documentadas por su importancia en la vida diaria de las personas y por estar dañadas en personas con consumo habitual de cocaína. Parece que los tests psicológicos: go/no go, gambling task, stroop, SILS, COWAT, etc, son de suma importancia para diferenciar las funciones cognitivas afectadas en drogodependientes respecto a población general. Asimismo, pruebas como la morfometría basada en el análisis de vóxels (MBV) ayudan a relacionar estos déficits con áreas cerebrales concretas y establecer hipótesis funcionales como por ejemplo la del marcador somático (formulada por el neurólogo Antonio Damasio), que apunta a una miopía a largo plazo en los consumidores.
Cunha et al. (2004) Alteraciones neuropsicológicas en dependientes de cocaína/crack internados: datos preliminares. Revista Brasileña de Psiquiatría
Madoz-Gúrpide et al. (2008). Consumo de cocaína y daño neuropsicológico: Implicaciones clínicas. Medicina Clínica
Verdejo (2006). Funciones ejecutivas y toma de decisiones en drogodependientes; rendimiento neuropsicológico y funcionamiento cerebral. Universidad de Granada.