
La terapia de conducta es la única intervención que empíricamente se ha demostrado eficaz.
En Catalunya, en 2011, se emplazó al Gobierno a incluir en la cartera de servicios comunes el tratamiento conductual en personas con trastornos del espectro autista.
La posibilidad de implantación temprana de programas de detección precoz e intervención temprana pueden mejorar la adaptabilidad al entorno de la persona con autismo en la edad adulta.